Quizás para los conocedores del habla inglesa les resulte familiar y la traduzcan como «esperanza», otros la asociarían con siglas o con alguna de las tantas comunidades del mundo que llevan su nombre, incluso muchos coincidirían en que se trata de uno de los apellidos del destacado escritor inglés William Hope Hodgson, quien junto a otros fue precursor del terror moderno y la ciencia ficción.
Sin embargo, la palabra hope es más que esperanza, más que comunidades, siglas y apellidos de personalidades. Hope es el nombre con el que un grupo jóvenes universitarios holguineros bautizaron un proyecto que tiene como objetivo contribuir a la protección de animales en su comunidad.
Cambiar la realidad a la cual están expuestos los animales que deambulan por las calles a diario y solo encuentran refugio en comedores obreros y otros lugares donde se reproducen sin cesar es el propósito de ese grupo de trabajo que con un mes y medio de creado ya cuenta con más de cien miembros y una treintena de voluntarios trabajando en activo.
¿De dónde surgió? ¿Por qué Hope?
«HOPE surgió en un inicio sin tener nada claro, un grupo de gente en WhatsApp unidos por un objetivo común, proteger las vidas de los animales », así nos describe Diego Miguel Pupo Chacón, estudiante de Ingeniería Civil en la Universidad de Holguín los comienzos de ese proyecto el cual hoy lo integran no solo alumnos, sino médicos veterinarios, amigos y otros miembros de la sociedad.
Al referirse al nombre del proyecto, Diego, quien se desempeña como coordinador del mismo, aseguró: «Hope en español significa “esperanza”, pero nuestra intención no fue buscar una palabra en inglés ni nada por el estilo. El nombre surge en honor a nuestro primer animal rescatado, una perrita que le pusimos Hope».
De manera organizada los voluntarios que manejan las adopciones, las campañas de esterilización, desparasitación y vacunación, la divulgación educativa en redes sociales y escuelas, entre otras; pretenden reducir, y si es posible, eliminar el número creciente de animales ambulantes y promover conciencia y educación ciudadana en torno del buen trato y respeto que merecen los animales.
Según nos comenta su coordinador, el proyecto goza de aceptación por su comunidad y el resto de sus compañeros y profesores de la universidad. Para la obtención de los recursos que necesitan para las campañas de vacunación, los integrantes del grupo de trabajo hacen poninas y se apoyan de los veterinarios que han mostrado interés en esa iniciativa que emprendieron los jóvenes.
Diego nos explica que independientemente del poco tiempo que llevan laborando, cuentan con un grupo de comunicación que trabaja en las redes sociales, además de encargarse de la confección de afiches y carteles.
Por otro lado, le concede gran importancia a la creación de una ley que ampare la vida de los animales en nuestro país y de proyectos similares que tengan como premisa no solo la salvaguarda de los animales afectivos (perros y gatos) sino de la fauna y el medio ambiente en general. Asimismo, señala el rol que deben desempeñar todos los jóvenes, entre ellos los universitarios.
En ese sentido, el futuro Ingeniero Civil, nos cita dos ejemplos de iniciativas que les ha servido de referente e inspiración y que comparten el mismo objetivo que Hope; ellas son Protección Animales de la Ciudad (PAC) y Cubanos en Defensa de los Animales (CeDa).
Entre las proyecciones que tiene el grupo de trabajo está la de seguir extendiendo el proyecto al resto de la provincia de Holguín, así como continuar incentivando a más jóvenes y a la población en general a que se sumen y creen iniciativas en pos de la protección del medio ambiente y la vida en la Tierra.
escrito por Yan Carlos Labrada Abreu
Fotos tomadas de Internet